sábado, 23 de abril de 2016

AL SANTO NIÑO DE LAS SUERTES, SU HISTORIA Y TRIDUO PARA QUE CUMPLA UNA PETICIÓN


En el siglo XIX, dos misioneros iban rumbo a Tlalpán, oyeron el llanto de un niño, cuando se acercaron vieron que era un hermoso niño desnudo de unos cuantos meses de edad y al tomarlo en las manos quedó convertido en lo que es hoy, al mismo tiempo brotó un manantial lleno de agua que aún existe en la hacienda San Juan de Dios.

ACTO DE CONTRICCIÓN

¡Piadoso Jesús mío,
tierno y sagrado dueño,
llego a tus plantas, arrepentido,
a confesar mis culpas.
 
ORACIÓN
 
PRIMER DÍA EN HONOR DE SU PODER
 
¡Jesús mío,
ten misericordia de nosotros!
 
Óyenos piadoso
y concédenos lo que te pedimos,
por los cuidados que le prodigó
tu Santísima Madre.
 
(Tu Petición)
 
Padre nuestro, Ave María y Gloria.

SEGUNDO DÍA EN HONOR A SU SABIDURÍA.
 
¡Qué dichoso me siento
postrado aquí de hinojos!
Vengo a verte,
mi amado Niño,
vengo a pedirte
consuelo en mis dolores.
 
(Tu Petición)
 
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
 
TERCER DÍA EN HONOR DE SU MISERICORDIA
 
Levanto mis ojos hacia Tí
y te veo dulce y risueño,
convidándome a abrirte mi corazón
a contarte todas mis amarguras.
 
¿Me oyes querido Niño?
 
El corazón me dice que si.
 
(Tu Petición)
 
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. 

BREVE ANÉCDOTA

La felicidad de las religiosas Bernardas de poseer este tesoro, fue por elección del mismo Santo Niño. El primer pensamiento del Señor Arzobispo, fue hacer donación de esta imagen a las religiosas de la Purísima Concepción; pero convinieron con el cabildo que se rifara entre todos los conventos de México y salió en suerte San Bernardo; El Señor Arzobispo dispuso que se volviera a hacer la rifa, sabiendo la suma pobreza en que se encontraban estas religiosas y volvió salir San Bernardo; haciendo la rifa una tercera ocasión y como el prelado pensaba reunir a las religiosa de San Bernardo con otra comunidad donde le suministraban con menos trabajos su sustento determino que sacaran de la caja la cedula de San Bernardo pero ¡Oh prodigio! Aún así salió con letras doradas Bernardo; viendo la manera tan prodigiosa de escoger su morada no dudo mandar a las religiosas esta prodigiosa imagen.

Las religiosas recibieron este tesoro como un don del cielo y llenas de gratitud han procurado sostener su culto con el mayor empeño, hasta hoy sigue venerándose al Santo Niño en el Monasterio de San Bernardo en Av. observatorio No.72 Col. Tacubaya Z.P 18 de México.
 

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