Divina Pastora, María,
que gozas cuidando de nosotros,
tu amado rebaño,
y a quién nosotros veneramos
con todo nuestro amor,
pues nos proteges, ayudas y guías.
¡Oh abogada y patrona mía, María!
¡Oh Pastora de los bienaventurados!
Pon tu hermosa mirada en mí,
y atiende mí súplica,
que mis necesidades son muchas
y el dinero para ellas, es poco.
Sé mi providente Pastora, Madre,
y condúceme a los prados de la abundancia,
abre en mi los caminos que me den la solución,
que me permitan aumentar mis ingresos
para poder llevar una vida digna,
desahogada, sin sobresaltos,
sin disgustos, a causa de la falta de dinero.