SANTORAL

sábado, 21 de febrero de 2015

ORACIÓN PARA ACABAR CON MALDICIONES ECONÓMICAS, MALA SUERTE, RUINAS... Y ATRAER RIQUEZAS Y PROSPERIDAD

 
Señor por el poder de tu palabra
y de la bendita sangre,
derramada por tu Unigénito Hijo,
con la que redimió a todo el género humano,
te pedimos perdón.
 
Saca a la luz todo pecado oculto,
las maldiciones enviadas, 
malos deseos, malos presagios,
que esta impidiendo
 la bendición financiera,
la prosperidad y la abundancia
del fruto de mi trabajo,
y muéstrame el camino adecuado
para resolver las dificultades económicas
que me abruman, me atormentan,
 y me sumen en la desesperación.

Si he hecho involuntariamente
algún mal a mis semejantes,
perdóname, Señor, Tu eres justo,
y sabes que no está en mi ánimo
perjudicar ni dañar a nadie,
sino por el contrario,
siempre que esté a mi alcance,
dar la ayuda que me dicta mi corazón.
 
Pero si estoy siendo injusta víctima,
de malas intenciones, abusos,
magias, hechizos, maldiciones...
Señor quita de mí
estas influencias negativas
y abre mis caminos al bienestar económico.
Señor, perdona todo amor al dinero,
toda codicia y avaricia.
 
Porque el Señor Dios de Israel ha dicho:
 
"La harina de la tinaja no escaseara,
ni el aceite de la vasija disminuirá,
hasta el día en que el Señor
haga llover sobre la tierra"
 
Señor,  tu jamás has abandonado a tus hijos,
ni has permitido que quedemos desolados,
antes bien, siempre has llenado nuestro plato,
con el pan de cada día,
y has estado pendiente
de nuestra más pequeña necesidad.
 
"No he visto justo desamparado,
ni su descendencia que mendigue pan."
Salmo 37:25
 
Dios Santo de protección,
auxiliador en los temas financieros,
te pido que me concedas la sabiduría
para poseer aquello que requiero,
para enriquecer en los diversos planos
materiales y espirituales.
 
Haz que sea dotado de garras
que puedan enfrentar cada obstáculo
que se presente ante mi persona.
 
Que a partir de este instante,
sean tus pasos los que me guíen en el sendero
hacia la apertura de la abundancia,
el bienestar y la estabilidad económica,
para así poder tener la oportunidad
de ganar mi sustento con mi esfuerzo,
como tu mismo decretaste,
que mi hogar se vea bien provisto,
y en el reine el agradecimiento
hacía ti, Padre Justo,
Señor Misericordioso,
que a todos tus hijos cobijas a tu amparo.

Amén.


 
 
 

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