Santo eres en verdad, Señor,
pues todas tus obras
están hechas con infinita bondad y misericordia.
Fuente de toda santidad,
has otorgado al Arcángel Miguel,
el más alto reconocimiento
en tu milicia celestial,
por su valor, obediencia y coraje
al ejecutar tus órdenes
y conseguir en tu nombre
la victoria y sumisión del ángel caído.
Santo eres en verdad,
Arcángel Miguel,
favorito y caudillo de Dios,
Nuestro Padre Celestial,
por tus grandes méritos y hazañas,
por tu fidelidad, obediencia y amor,
y yo pobre pecador,
indigno me siento ante tu presencia.
Recurro hoy a ti,
para pedir tu intercesión y ayuda
en la lucha de mi vida,
pues me siento desamparado,
y por ser tú quien eres,
no dudo que nuestro Padre,
atenderá mi súplica, si eres tú,
quien ante Él la presentas.
Mi vida está atormentada,
santo Miguel arcángel,
pues aunque lucho y persevero,
no logro conseguir el éxito que ansío,
y mis actos y acciones, no fructifican,
y esto me impide la realización
de mis proyectos y negocios.
Mis caminos se cierran,
antes incluso de abrirse,
y me siento paralizado en cada obstáculo
que aparece en mi camino laboral.
Te suplico me ayudes
a neutralizar a mis enemigos,
que me des fuerza y coraje para vencer,
valor para afrontar todas las circunstancias,
por muy difíciles y adversas que estas sean,
que infundas en mi la capacidad
para discernir entre las acciones y negocios
que han de fructificar, y las que no lo harán.
¡Ayúdame a vencer! Poderoso San Miguel,
porque mis fuerzas flaquean,
y sin tu ayuda, no lo conseguiré.
Ganador de mil batallas,
poderoso entre los poderosos,
que al grito de ¡Quien como Dios!
coronas con éxito todas tus luchas,
ante ti me humillo y suplico,
que me mires con benevolencia
y me ayudes en mi batalla.
Así sea, ahora y siempre,
amén.
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