¡Oh Dios mío, Padre Todopoderoso!
a quien tanto amo y en quien tanto confío,
porque tu me amas, me cuidas y proteges,
bendice mi hogar, mi familia,
y los alimentos que recibimos,
por la mediación de tu santo siervo,
San Isidro Labrador,
que con tanto amor cultivaba la tierra,
y a quien por su esfuerzo, oraciones y sacrificios,
hoy tienes contigo en la gloria eterna.
Bendito San Isidro, siervo de Dios,
trabajador, agricultor y ejemplar esposo y padre,
que tanto sufriste y fuiste humillado en vida
por las persecuciones de los acaudalados,
bendice esta casa, esta familia, este hogar,
para que a semejanza del tuyo
sea agradable a los ojos de Dios,
nuestro Padre Celestial,
y que en él no recaigan las obras del maligno.
Posa tus ojos en nosotros, bendito santo,
e intercede para que en esta casa no falte el trabajo,
la salud, el alimento que nos sustente,
la ropa que nos abrigue,
y el amor y la armonía
que reina en los hogares de bien.
Humilde San Isidro, trae a este hogar
la cordialidad y la paz,
el confort y la abundancia,
cubre nuestras necesidades
y protégenos de los peligros que nos acechan,
haciendo que nuestros esfuerzos sean recompensados
obteniendo de ellos el valor que merecen,
al igual que tu fuiste recompensado
por la gracia y el amor de Dios,
que te enviaba a sus ángeles mientras tu orabas
para demostrarte que tus plegarias
eran muy gratas a sus oídos.
Danos tu bendición y ayuda,
glorioso San Isidro Labrador,
oye nuestra suplica y favorécenos
pues somos tus fieles devotos
esta familia que a ti recurre.
Amén.
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