Padre mío Eleguá,
Santo poderoso,
guerrero sin igual,
sabiduría extrema,
que por la virtud que Olofin te concedió,
eres el primero y el último y todo lo puedes.
Bendito santo mío,
tu que abres los caminos y los cierras,
que concedes y privas,
que otorgas el poder y lo quitas,
escucha la súplica
de este hijo tuyo, que se postra a tus pies,
mírame y se benevolente conmigo.
En este bendito día, recurro a ti,
por ser el primero,
para pedirte permiso, mi padre,
y que los demás Santos puedan trabajar a mi favor
en la apertura de los caminos
de mi nuevo proyecto:
que no encuentre obstáculos para ello,
y si los hallara que se resuelvan al instante,
que toda obra que yo realice
sea un camino abierto al éxito y la prosperidad.