Pastor bueno que diste la vida por tus ovejas,
y a nosotros, tu manso rebaño,
nos encomendaste al cuidado
de tu Madre, la Santísima Virgen María,
estando pendiente del árbol de la Cruz:
Te pido que por tu santa intercesión
me concedas la dicha de una vida hermosa,
y que pueda yo salir del oscuro pozo
en el que ahora me encuentro,
líbrame, oh1 Jesús mío, de mis penas,
de mis angustias y depresiones,
de los miedos internos que sufre mi mente,
de la tristeza, de la apatía, de la angustia...
Dale Señor, a mi mente, la ansiada libertad
que me permita disfrutar sin miedos
de todos los momentos bellos que la vida me ofrece,
que no sufra ante lo desconocido,
dame valentía Dios y Señor mío,
dame valor para afrontar las dificultades
sin caer antes de haberlo intentado siquiera,
pues son muchos mis temores
y muy poca la seguridad que necesito
la solución de todos mis problemas,
sino la fortaleza necesaria para hacerles frente,
para solucionarlos por mi mismo,
la valentía para plantar cara a la vida,
y poder salir airoso de los retos que me plantee,
la alegría de ver la luz detrás de la oscuridad,
la satisfacción de poder ver mis logros,
aunque sea poco a poco,
pero de manera firme y constante.
Alivia mis penas, Señor, tu que todo lo puedes,
hazme fuerte ante la dificultad,
aleja mis miedos y mis temores,
líbrame de las angustias y de la opresión
causadas por una mente que me engaña
y que me hace ver las cosas deformadas,
más difíciles de lo que son en realidad,
dame claridad mental, mi amado Jesús,
y alivia este cuerpo débil y marchito
que ahora tengo y me hace sufrir.
Tu que eres Dios por los siglos de los siglos,
Pastor mío y de mis hermanos,
cuida de mi, pues soy tu oveja enferma,
la oveja de tu Pascua,
la oveja que tu amas y que necesita tu ayuda.
Bendito y alabado seas
en el Santísimo Sacramento del altar.
Seas por siempre Bendito y alabado.
Amén.
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