Oh, Virgen de la Candelaria,
tú, más que ninguna otra
criatura de Dios eres bienaventurada:
criatura de Dios eres bienaventurada:
Te pido, que hoy tu alma
esté conmigo para tributar
mi adoración a Dios, Padre nuestro,
a Jesús, su hijo unigénito,
y al divino Espíritu Santo.
mi adoración a Dios, Padre nuestro,
a Jesús, su hijo unigénito,
y al divino Espíritu Santo.
Apiádate de mí, Señora,
porque sé que cuantos en ti confían,
porque sé que cuantos en ti confían,
hallan el puerto de la salvación,
la roca en la que aferrarse,
el cobijo y el consuelo que tanto ansían,
el restablecimiento de su salud,
y la solución de sus problemas y necesidades.
la roca en la que aferrarse,
el cobijo y el consuelo que tanto ansían,
el restablecimiento de su salud,
y la solución de sus problemas y necesidades.
Líbrame, Señora y Madre mía,
de todos los peligros, de enemigos,
de todos los peligros, de enemigos,
de la enfermedad, de la ruina y la desolación,
del fracaso en mis empresas,
de la quiebra en mi negocio,
y abre para mí las puertas del éxito,
de la abundancia, de progreso,
y dame una vida próspera.
del fracaso en mis empresas,
de la quiebra en mi negocio,
y abre para mí las puertas del éxito,
de la abundancia, de progreso,
y dame una vida próspera.
eres mi esperanza, mi auxilio,
mi amparo y mi refugio,
tu eres el camino a Jesús,
el mismo que me conduce a una vida plena,
en la que se valore mi trabajo,
en la que se recompensen mis esfuerzos,
y en la que pueda alcanzar el éxito.
(Hacer una petición)
el mismo que me conduce a una vida plena,
en la que se valore mi trabajo,
en la que se recompensen mis esfuerzos,
y en la que pueda alcanzar el éxito.
(Hacer una petición)
“Dios te salve, María”,
Madre protectora y amorosa,
que sea tu mano la que me guie,
pues en ti, Señora, yo confío.
Amén
Madre protectora y amorosa,
que sea tu mano la que me guie,
pues en ti, Señora, yo confío.
Amén
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