Adorado Niño Jesús
que hoy has nacido en un pesebre,
al calor de un buey y una mula,
recién nacido y ya conoces la pobreza,
no estés triste que tu serás
llamado el Hijo del Altísimo,
porque en tu corazón habita la riqueza,
porque tu alma es pura y limpia,
porque serás el más poderoso de todos los hombres,
porque tu valor y sacrificio te harán Rey de Reyes,
y tu reino será por toda la eternidad.
Bendito Niño Jesús,
que hoy llegas para traernos la alegría,
porque contigo llega nuestra salvación,
ten piedad de este pobre pecador,
que como tu, hoy vive en la pobreza,
y no puede dar más alegría a los suyos
que la de su compañía y su amor
porque la vida le muestra su camino más difícil
y las deudas y necesidades empañan su camino,
ten piedad de mí, Niño Santo.
Misericordioso Niño Jesús,
pon en mi tu tierna mirada,
porque solo con ello,
me ayudarás a salir adelante,
solo con que me dediques una sonrisa,
mi vida cambiará para bien,
y alejará los males y pesares,
disolverá las penas, vencerá los temores,
y allanará el camino de mis necesidades,
permitiéndome salir del negro abismo
en que ahora me encuentro,
atemorizado por deudas y miserias,
en un sin vivir constante
por no poder solucionar
las carencias materiales
de los que de mí dependen.
Jesús bendito Niño,
envíame un rayo de esperanza,
muéstrame el camino abierto
para cambiar mis designios,
abre puertas para que yo pueda entrar por ellas,
para que ante mí aparezcan soluciones,
para que pueda dar una vida digna a los míos,
sin carencias, sin estrecheces, sin necesidades.
Dame hoy tu bendición y tu piedad,
misericordioso y benevolente Niño,
para que desde hoy, tu primer día en la Tierra,
pueda alabar y bendecir tu santo nombre,
dando gracias porque te apiadaste de mí,
porque tú, habiendo nacido en la pobreza,
comprendiste a este pobre pecador,
y fuiste misericordioso conmigo
dándome tu ayuda cuando la necesité.
Gloria a Dios porque hoy nos envió
a su muy amado Hijo,
para traernos la redención y la vida eterna,
para alegría de pobres y necesitados,
para reinar justamente entre los hombres.
Alegría entre los hombres,
porque ya está entre nosotros
el Hijo del Altísimo,
el salvador del Mundo.
Amén.
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